jueves, 24 de junio de 2010

¿Qué es un Temazcal?

¿Que es un Temazcal?



El Temazcal es un baño prehispánico que se generalizó entre las culturas de meso América y cuyos vestigios más antiguos se hallan en las zonas arqueológicas de Palenque en México y Piedras Negras en Guatemala, aunque sus orígenes podrían ser más remotos: hoy en día se conocen y utilizan estructuras provisionales hechas con varas y hojas, o pieles o mantas, conocidas como Toritos, que bien pudieron ser la fuente de ésta práctica. Su uso a través de la historia ha sido tanto terapéutico como ritual y ceremonial y su práctica sobrevive en la actualidad gracias a la tradición oral de las distintas comunidades indígenas de México.Su nombre de raíz nahua significa casa de vapor (Temaz - vapor, calli - casa ).


Técnicamente el temazcal sigue el mismo principio que el del baño Finlandés: es una estructura cerrada de pequeñas dimensiones en la cuál se introducen piedras porosas previamente calentadas al rojo vivo. Sin embargo un primer elemento resalta para darle identidad propia al baño mexicano: en él, no se vierte agua sobre las piedras para producir el vapor sino una infusión de plantas medicinales. El vapor es manejado, dirigido y aprovechado gracias a la utilización de un ramo frondoso de plantas frescas con el que se abanica.El día de hoy es una experiencia conducida por un guía (temazcalero, curandero o sudador) que va aplicando una serie de prácticas de índole terapéutica o ritual: masajes, hidroterapia, aromaterapia, cantos, visualizaciones, ejercicios de meditación y catarsis que sirven para orientar las emociones y dinámicas del grupo.


¿Para qué sirve?

Actualmente se sabe que el Temazcal actúa depurando las vías respiratorias y el aparato digestivo y tonificando el sistema nervioso, así como también ayuda en problemas óseos, musculares y ginecobstétricos a través del calor del baño y las propiedades curativas de las distintas plantas medicinales que en él se utilizan.




No obstante, basta entrar a un temazcal para reconocerle cualidades de orden espiritual. La relajación que la experiencia genera incita a la introspección, la reflexión, la atención plena y hasta una dilatada percepción del transcurrir del tiempo. Se trata, quizás, de una forma de experiencia de la temporalidad divina que, como a punta Mircea Eliade, "Se presenta bajo el aspecto paradójico de un tiempo circular, reversible y recuperable como una especie de eterno presente mítico que se reintegra periódicamente mediante el artificio de los ritos."

El temazcal considerado en uno de sus aspectos más simples como un baño de limpieza, nos devuelve el carácter sacro y el espíritu sabroso de una actividad cotidiana que actualmente practican la mayoría de los mexicanos con asombrosa indiferencia: ignorando los orígenes y motivos de una actividad fundamental en la conformación de los usos y costumbres de todas las culturas y olvidando también, la enriquecedora práctica de uno de los hábitos más sencillos que conforman nuestra cultura y nos relaciona y vincula con muchas otras. Sus características son singulares y excepcionales, su estudio no puede mas que favorecer y enriquecer el conocimiento profundo de la sabiduría popular que es fundamental para nuestra historia y nuestra particular apreciación de las cosas.


¿Qué se sabe de ellos?


Los Temazcales varían en su forma y práctica en las distintas regiones en que se utilizan, sin embargo se trata siempre de aposentos reducidos con techos bajos, sellados a la intemperie y oscuros.Aunque se sabe muy poco de ésta práctica entre los antiguos mexicanos, se cuenta con información proveniente de los cronistas españoles que, pese a su sensibilidad e interés por comprender lo diferente, difícilmente pudieron enmarcar en el contexto de la cosmogonia indígena los procedimientos que observaban, a pesar de que algunos lo adoptaron como instrumento de higiene.En la actualidad son pocas las publicaciones específicas sobre el tema y tienden a enfocarse al estudio de la herbolaria. Cada vez más investigadores analizan, sintetizan y comprueban el comportamiento bioquímico de las plantas usadas por los médicos tradicionales. Aunque cada vez más la herbolaria mexicana es incorporada a los parámetros de la medicina occidental y aunque comprendamos científicamente los efectos de someter el cuerpo humano a condiciones controladas de extrema temperatura para el restablecimiento y cultivo de la salud, lo cierto es que la concepción de la enfermedad para el curandero incluye un complejo sistema de referencias místicas que han demostrado ser de gran ayuda para tratar enfermedades que hoy conocemos bajo el concepto de psicosomáticas.Hasta el momento no existe compendio alguno que registre la práctica viva del uso del Temazcal en las distintas comunidades indígenas mexicanas ni en otros grupos sociales del país que han sido cautivados por este instrumento de higiene.




M:. M:. Daniel Peña Salinas


Or:. de Saltillo, Coah. a 24 de Junio de 2010 E:. V:.

viernes, 18 de junio de 2010

Mi Vivencia en la Iniciaciòn


Mi Vivencia en la Iniciaciòn


Cuando llegó el día que me dijeron que tendría una oportunidad para ingresar a la masonería me sentí con una gran responsabilidad. Pero a la vez, sentía temor, ante algo que sería totalmente desconocido para mí, sentía temor a la iniciación.

Poco había leído sobre ese tema, y nadie podía comentar nada respecto de lo que viviría en la iniciación. Y creo que al final estuvo bien la incertidumbre.

El día pactado había llegado, todo estaba listo, me encontraba ahí, sin un sentido vital, y pensando si sería capaz de superar lo que vendría. Así pues, comenzó el ritual, duro desde el inicio. Solo podía escuchar las voces que me decían que hacer.

Me movía constantemente, confiando en la persona que me llevaba del brazo, pues sin ver es muy difícil hacer las cosas, el carecer de este sentido también hace que se sienta inseguridad e incertidumbre, de lo que pasa, de lo que hay, de donde uno camina, ya no se pisa con la misma firmeza y seguridad, y todo eso repercutió en mi, aumentando el nervio y la desesperación.

Este proceso, sin duda alguna me hizo reflexionar sobre muchas cosas, y aprendí. Comprendí que por eso nadie podía decirme nada, que por eso era mejor la incertidumbre en la que me encontraba al iniciar, porque de las vivencias y experiencias uno aprende muchas cosas. Lo primero que me hizo reflexionar fue la piedra que tuve que cargar y que representaba lo que más me importaba; mi familia, mis amigos, mi carrera, y los sueños y aspiraciones que tengo. Se me dijo que no la podía perder, porque era como perder todo y quedaría fuera.

Y así estuve con la piedra en mi mano derecha, sujetándola con fuerza, porque si hubo varios intentos de quitármela, manotazos, convencimiento, pero yo me aferraba a esa idea que se me dijo. Luego alguien me dijo que no necesitaba esa roca para simbolizar nada de eso, que mis sueños, mi familia, mis amigos, mis aspiraciones, todo, está en la cabeza, porque también es erróneo decir que se lleva en el corazón, el corazón es un órgano, no siente, no almacena nada. Esa voz me inspiró confianza y solté por fin esa piedra, porque a mi juicio tenía razón; quien hubiere sido, yo compartía su criterio. Y eso es algo en lo que yo también creo, pero por el momento de presión, y nerviosismo, no pude reflexionar de inmediato. Pero conforme iba pasando el tiempo, me ponía a analizar mejor cada situación, porque también aprendí que todo ya está en nuestro interior, solo hay que buscar. También conforme pasaba el tiempo, me iba acostumbrando mejor a no ver nada, a poder sentir, a dibujar los rostros de las voces que me hablaban, a imaginar el lugar, hasta llegue al punto de poder sentir cuando venía una grada o una pared, claro después de golpearme un par de veces en la cabeza con una, pero eso también enseña, porque de equivocarse el ser humano aprende.

Me pusieron a marchar, se me indicó que hiciera varios movimientos básicos en la disciplina castrense, pero marchar no es algo que yo haga usualmente, así que olvidé algunos, y la voz que me daba indicaciones se molestaba cuando no lo hacía bien, gritaba, me presionaba, pero yo trataba de controlar eso, que no me ganaran los nervios ni la presión. Luego la voz se fue, se encontraba alguien más que me habló y me cuestionó sobre la marcha que realizaba. Me dijo que porqué lo hacía, que si yo deseaba hacerlo, a lo que respondí que no, y vino una nueva enseñanza: actuar por convicción propia, no hacer lo que no quiera hacer, o lo que se me obligue a hacer contra mi voluntad o mis principios, y es cierto, el hombre debe actuar por convicción propia, por lo que cree, porque si no seríamos máquinas a las cuales con programarles órdenes las realizan sin cuestionar.

Luego fui sometido a un ejercicio de confianza, porque estaba al borde de un escalón, de espalda al vacío, y se me pidió aventarme hacia atrás a la cuenta de tres; por mi mente pasaron muchas cosas, no sabía si hacerlo o no, si estaría muy alto o no, si me golpearía o solo se ponía a prueba mi determinación a hacerlo, en fin, yo pensaba todo eso cuando la voz al contar dos me empujo hacia atrás, y alguien me detuvo cuando caía. Eso sin duda dejó una lección, la de nunca dejar caer a un hermano, ni a ningún ser humano, porque así como ese alguien me detuvo, y evitó mi caída, yo tengo el deber de hacer lo mismo por alguien más.

Hubo dos aspectos que llamaron mi atención de una manera particular; las comparaciones. El compararme con el fénix, o con una águila que renace, y el ser comparado con una semilla. El águila cuando envejece, su pico comienza a doblarse, sus garras a enroscarse y sus plumas se vuelven tan pesadas que ya no puede volar, así que tiene dos opciones; una y las más fácil es morir, la otra es romperse el pico con una roca, y le crecerá otro nuevo; luego cuando le crezca arrancarse las garras y le saldrán unas nuevas; y cuando éstas salgan se arrancará el plumaje, para así quedar calva, y dar lugar a que le salgan nuevas plumas para así alzar el vuelo. El fénix por su parte, es un ave mitológica de fuego, que una vez que muere, de sus cenizas se alza y vive. Renovarse, como el águila, o resurgir como el fénix, eso es lo que me pasaría a mí. O crecer como las semillas, que a pesar de ser pequeñas, si se siembran, se cuidan, y se les riega constantemente, crecerá una gran fruta, o un gigantesco árbol, así pues, sembrando el conocimiento, regándolo con esfuerzo y cuidando siempre de ser diligente, se cosecharan los frutos en un futuro.

Lo que más me impactó del ritual de iniciación fue el cuarto de reflexiones. Después de estar horas sin ver nada, imaginándolo todo, de pronto me quitan la venda en un cuarto oscuro, con restos humanos y una decoración muy fúnebre, con una frase en la pared que me hizo reflexionar una vez más; fue algo que si me impacto. Las preguntas que se encontraban ahí, también fue algo que me puso a pensar, porque uno no reflexiona que le debemos a Dios, a nuestros semejantes y a nosotros mismos. Creo que es algo que funciona de lo particular a lo general, porque estando bien con nosotros mismos, estaremos bien con los demás, y estando bien con todos, estaremos bien con Dios. La frase de la pared que decía “¡La conciencia es el espejo del alma, es tu juez inflexible, por eso el crimen jamás queda sin castigo!; ¡si sientes miedo o tiemblas ante la verdad, abandona este recinto!; ¡si eres débil o no tienes voluntad propia, retírate aún es tiempo!; todo eso de momento no lo comprendí, pero después entendí, porque es verdad que la conciencia es algo que no podemos evadir, ignorar, y que es lo que nos va a pesar en el momento en el que hagamos algo indebido. El tocar los restos humanos me enfrentó con ese momento que llegará, en el que volvamos de dónde venimos, y en el que seremos como los huesos que estaban frente a mí. Por eso hay que aprovechar el tiempo y hacer cosas productivas, para poder dejar de herencia algo de utilidad, para aportarle al mundo algo provechoso, y dejar un legado de conocimiento, de educación no solo intelectual sino también moral, ayudando a quién lo necesite y siendo útil a la sociedad.

La última parte del ritual, me llamó mucho la atención y fue de mi agrado, por el sentido que dejó en mí. El pasar por el camino de piedras que significaba la edad primera de la vida, para mí significó también toda la vida en general, porque así como había ahí piedras para tropezar, así en el camino de la vida habrá obstáculos que nos harán tropezar, y tal vez hasta caer, pero hay que aprender a sortearlos, y ayudándonos unos de otros, como en el primer viaje, que un hermano me llevaba del brazo para no caer. Después vino el agua, la pureza, el estar limpios de los vicios y las maldades del mundo, estar lleno de valores, y virtudes. Y el fuego, que para mí simbolizó el renacer, como el fénix, de las cenizas. Las bebidas que probamos también me hicieron reflexionar; el líquido dulce que se nos dio en pequeña cantidad simbolizando los bienes, las riquezas, lo material, que debe importarnos poco, porque dentro de la fraternidad todos somos iguales; y el líquido amargo, que representaba los vicios a los que hay que combatir, que nos fue dado en abundancia para recordar eso. Y por último el juramento, que respetaremos y renovaremos siempre, que también hace reflexionar, y le da importancia a todo lo anterior.

Todo esto ha despertado en mí la intención de formarme como un buen masón, y ser mejor ser humano, trabajando para serle útil a la humanidad en alguna forma, aportando también mi granito de arena en esa lucha contra los vicios y la maldad, apegados siempre a la moral, las buenas costumbres y la ley; practicando los valores y la lealtad; y rigiéndonos siempre bajo la libertad, la igualdad, y la fraternidad.




Por Q.˙. H. ˙. Francisco Javier Frías Alonso A. ˙. M. ˙.
Or. ˙. de Saltillo, Coahuila a 09 de Junio de 2010 E. ˙. V. ˙.