jueves, 16 de octubre de 2008

Oratoria: El Poder de la Palabra

Oratoria: el Poder de la palabra


Oratoria: Se deriva del Latín Orare que significa Hablar. Arte de Pronunciar un discurso ante un publico y cuyo objetivo es convencerlo, persuadirlo ante una determinada situación.

Orador: Es la persona que pronuncia un discurso de forma elocuente ante un público.

Retórica: Forma de lenguaje escrito u oral consistente en embellecer o adornar un discurso por parte del orador.

Clases de oratoria:

Oratoria Sagrada
Oratoria Forense
Oratoria Parlamentaria
Oratoria Fúnebre
Oratoria Comercial

Este arte de expresarse con propiedad, de deleitar, persuadir, conmover y convencer con las palabras, es una de las formas de comunicación más utilizada en procesos de enseñanza-aprendizaje.

Tiene íntima relación con la retórica. Esta involucra también al lenguaje escrito y enfatiza la acción de cuidar la belleza de la expresión.

¿Qué debe buscar un buen orador?

El orador debe tener nociones de oratoria que le ayuden a motivar, persuadir y deleitar al público, guiándolo a través de un proceso de aprendizaje sencillo, entretenido, productivo y bien enfocado. Para lograrlo tendrá en cuenta varios detalles.

Un volumen de voz, suficiente para ser escuchado desde todos los lugares de la sala donde está trabajando. En capacitación interactiva, dado el ámbito que exige y la dinámica que permite, podrá hacerlo sin gritar y sin usar aparatos de amplificación.

También deberá utilizar un vocabulario acorde al tema y a las características de los participantes, sin abusar de vulgarismos y tendiente a elevar el nivel. Manejo de sinónimos para poder expresar lo mismo de diferentes formas. Atención al momento de aparecer la necesidad de explicar vocablos y procedimientos nuevos o poco usuales en algunos ambientes.

La dicción, cuidado en la articulación para la emisión clara de la palabra, también será otra arma del buen orador. Esmero en la entonación que le da vida, incrementa la expresividad y, unida a las inflexiones, anuncia, advierte, reclama atención, enfatiza, afirma, agrada, niega, gratifica.

Prolijidad del buen orador so orienta a librarse de muletillas y sonidos varios para rellenar
espacios, calmar el propio nerviosismo o disimular ignorancia u olvidos. La lectura de textos técnicos alternada con la de literatura descriptiva y narrativa y nutren el vocabulario.

La expresión precisa requiere un pensamiento claro, sólido, bien fundamentado. Tratándose de lograr capacitación, se comprende que es indispensable el dominio del tema.

Los gestos acordes con la palabra, apoyando la comprensión e incorporación de las ideas, conceptos, definiciones y emociones. Evitar estereotipos, imitaciones, objetos en las manos, ademanes bruscos o exagerados. Mantener un estilo propio. Mostrarse a gusto, tranquilo, receptivo, seguro y natural. Centrar la palabra y la acción en satisfacer las necesidades del auditorio, captar su atención, crear un clima que les facilite preguntar y aportar, responder a sus expectativas. Practicar una presentación mirándose en un espejo puede ser de gran ayuda.

Así mismo, el buen orador mantiene contacto visual, que identifica claramente a los destinatarios del mensaje y les expresa la importancia que se les reconoce y el respeto que merecen. Permite a la vez, percibir señales que dan cuenta del interés o de dudas, interrogantes, entusiasmo, cansancio u otras. La mirada atenderá por igual a todos los que participan en la presentación.

Consejos prácticos
1. Vestir de Corbata (hombres), y las mujeres de vestido elegante esto les dará imponencia ante el público, y le dará más seguridad de usted mismo.

2. Sí usted domina el tema podrá controlar mejor los nervios.

3. Comience pausado su intervención y suba poco a poco su tono de voz, enfatizando donde crea que le puede subir el termómetro o la emoción al auditorio.

4. Termine su discurso con una frase de su propia inspiración, para no plagiar a otros autores.

Categorías de oyentes

Los que esperan que se les pruebe lo que escuchan.
Los que quieren que se les explique lo expuesto.
Los que exigen que se les pruebe lo afirmado

Pero todos mantendrán su interés y atención si el orador es concreto, preciso, mantiene la ilación del tema y es atrayente al exponerlo.

Es mejor emplear un lenguaje sencillo y directo. Que haya calor humano con el uso de pronombres personales e interrogativos.

Las imágenes son esenciales. Una imagen bien escogida, que causa impacto, no se olvidará. Una imagen vale más que mil palabras.

La motivación del oyente

La motivación facilita el proceso comunicativo.

Al oyente le puede motivar para prestar atención:

La persona hablante, ya sea porque el oyente sabe que lo que suele decir es importante, o porque es atractivo y agradable escucharle.

El mensaje.

El oyente sabe que va a ser útil e importante lo que va a escuchar.
El interés del contenido.
Es algo que le interesa, le atrae o le preocupa al oyente.

Debe tenerse en cuenta que los receptores captan mejor la información cuando ésta tiene interés para ellos. De ahí que el propósito de comunicarse debe ser el de presentar el tema de modo que resulte interesante para el auditorio.

Preparación del tema

También es fundamental que definas el tema central sobre el cual versará tu exposición. Es decir, la idea global sobre la cual girarán todas las otras ideas, que podemos llamar accesorias y de esta forma evitarte disgregaciones del tema.

Se debe preparar los puntos clave. Empieza a bosquejar tu presentación identificando uno, dos o tres puntos clave que vas a desarrollar.

Siempre existen uno, dos o tres puntos clave. No más. Esto obliga a extraer los puntos más significativos.
Te proporcionará una estructura para que agrupes tu información en categorías bien organizadas.
Olvídate de largas listas como las del supermercado (encadenamiento interminable de una idea tras otra).

Presentaciones profesionales

Punto clave 1: Preparación

Punto clave 2: Relación

Punto clave 3: Optimización

Secuencia de los puntos

1. Orden cronológico.

Pasado, presente y futuro.
O bien

1er paso, 2º paso y 3er paso.

2. Disposición espacial: por áreas geográficas.

3. Enfoque temático:

El punto menos importante.
Otro de mayor importancia.
El de máxima significación (el que desee que sea mejor recordado).




Gracias al Q:. H:. Orlando Naún Rodríguez Reyes que nos ofreció un interesante curso sobre este tema.